En el próximo mes de diciembre, los trabajadores de la enseñanza pública seremos llamados a las urnas para elegir a nuestros representantes sindicales.
Nuestro deber es recordar que los centros educativos podríamos organizarnos perfectamente sin la necesidad de votar a unos representantes sindicales, que solo se acuerdan de visitarnos cuando las elecciones están cerca. Reproduciendo así los valores de los políticos y la estructura del parlamentarismo pero dentro del ámbito del trabajo.
Todos los sindicatos que se dedican durante estos meses a atosigarnos pidiéndonos el voto tienen algo en común: todos reciben subvenciones, tienen liberados sindicales, aparatos burocráticos jerarquizados, clientelismo, pactismo…
Mientras el avance del modelo neoliberal en la gestión de la enseñanza pública ha contribuido a profundizar en un empeoramiento considerable de las condiciones de los trabajadores de la enseñanza, los sindicatos tratan de hacernos ver que luchan encarecidamente por defender nuestros derechos. La realidad es que lo que consiguen son migajas (léase moscosos) y lo que pretenden conseguir (tutorías pagadas, aumento de sueldo) son solo un tranquilizante para que la verdadera movilización no llegue a los centros de enseñanza. No se lucha con verdadero ahínco por aspectos realmente importantes dentro del mundo educativo, como son la reducción de horas lectivas (lo que proporcionaría más puestos de trabajo), las ratios, el desmantelamiento de las Humanidades, el aumento del peso académico de la religión, menos horas lectivas para los tutores (no pedimos aumento de sueldo porque lo que necesitan es tiempo, no un mayor salario que divida a los trabajadores de la enseñanza con clases intermedias)…
¿Qué propone la CNT?
La CNT no pide tu voto porque no cree que este sistema representativo sea eficaz ni justo. Proponemos que los trabajadores se organicen en sus centros de trabajo de abajo arriba, partiendo de la secciones sindicales y autoorganizándonos de forma asamblearia y horizontal, sin profesionales del sindicalismo (liberados), sin subvenciones (ya que nadie muerde la mano que le da de comer), sin líderes.
La CNT propone un modelo de sindicalismo que trasciende el propio sindicalismo para construir conciencia, apoyo mutuo, autonomía, sentido crítico y los principios que sostienen la ética de la integridad.
No votes, pero organízate.
¡Abstención activa!
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